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1. La formación de la Tierra y la diferenciación en capas
La situación del planeta Tierra en el Sistema solar es óptima al no estar ni demasiado cerca ni demasiado lejos del Sol.
Se formó hace 4.600 millones de años y durante millones de años recibió numerosos impactos de materia de la nebulosa de la que surgió. Cada colisión liberó gran cantidad de energía que, junto a la que se libera en la desintegración de las sustancias radiactivas, provocó un intenso calentamiento que fundió por completo al planeta.
Esta fusión ocasionó una diferenciación química por medio de la cual los materiales terrestres se reordenaron en capas de acuerdo con sus densidades: los que contenían hierro y níquel, más densos, quedaron en el interior, los más ligeros emigraron a la superficie y los gaseosos formaron la atmósfera primitiva.
El enfriamiento posterior estableció las tres divisiones básicas de la Tierra desde el punto de vista geoquímico:
- Núcleo en el interior. Va desde los 2.900 km hasta los 6.370 km y se divide en Núcleo interno (de unos 1.216 km de radio) y Núcleo externo (de unos 2.270 km de radio)
- Manto, intermedio. Se extiende hasta una profundidad de 2.900 km y se divide en Manto interno y Manto externo.
- Corteza, en la parte superior. Su grosor oscila entre los 3 km bajo las dorsales oceánicas (Corteza oceánica) y los 70 km bajo algunas cordilleras (Corteza continental).
Desde el punto de vista dinámico la Tierra se divide en:
- Endosfera, que comprende el núcleo externo y el núcleo interno.
- Mesosfera, que comprende parte del manto superior y el manto inferior, yendo desde los 200 hasta los 2.900 km.
- Litosfera, que comprende la corteza y parte del manto superior y va desde la superficie terrestre hasta los 50 a 200 km,
La corteza primitiva desapareció por erosión y otros procesos geológicos por lo que no conocemos su composición inicial y tampoco sabemos hoy ni cómo ni cuando apareció la corteza actual, continental y oceánica.
El interior de la Tierra se caracteriza por un aumento gradual de la temperatura, la presión y la densidad con la profundidad. A unos 100 km de profundidad la temperatura oscila entre 1.200 ºC y 1.400 ºC, en el límite núcleo-manto se calcula que es de 4.500 ºC y en el centro de la Tierra puede superar los 6.700 ºC. En estas condiciones nuestro planeta debería ser una bola fundida rodeada de una delgada capa sólida. Esto no es así porque la presión también aumenta con la profundidad y hace necesario una mayor temperatura para fundir los materiales.
La Tierra es un planeta dinámico cuya superficie ha cambiado notablemente a lo largo del tiempo, siendo dos los procesos que alteran la superficie terrestre:
- Procesos destructivos como la meteorización y la erosión que desgastan la superficie provocando su nivelación.
- Procesos constructivos como el vulcanismo y la formación de montañas (orogénesis) que elevan el nivel de la superficie.